“Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga
un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes,
porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no
tengo qué ponerle delante;
y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No
me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no
puedo levantarme, y dártelos?
Os digo, que aunque no se levante a dárselos por
ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo
que necesite.
Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que
busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan,
le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente?
¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas
dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu
Santo a los que se lo pidan?”
Lucas 11:5-13
Jesús mencionó estas palabras después de hablar acerca de cómo orar (Luc 11:1-4).
De aquí entendemos, lo importante
que es para Dios que la oración sea acompañada de confianza.
La Biblia nos enseña que hay
condiciones para que una persona pueda levantar su voz a Dios en oración, pero
hoy no quiero centrarme en esas condiciones, sino que quiero hablarle a aquellos que tienen claro que pueden orar a
Dios y son escuchados, para reflexionen en la manera en la que están usando el
medio de gracia de la oración.
Jesús dice en su palabra que
podemos pedir, buscar y llamar, y que en esas tres situaciones recibiremos
respuesta.
Estos son ejemplos graduales de
insistencia delante de Dios en oración: El que pide, y no recibe, debe buscar,
y si n aun así no recibe, debe llamar. Pero si pidiendo, le es dado, ya no
buscará.
¿Quiénes oran así? Sólo aquellos
que están verdaderamente persuadidos de que recibirán respuesta, no importa
cuánto tarde en llegar. La insistencia es una clave en la
oración, pero pocos son perseverantes para orar.
Habrá sin embargo, quienes digan
que ellos han orado mucho por una o varias causas, y no han obtenido respuesta.
Aquí viene la otra parte importante mencionada en este pasaje: Para poder pedir, es
indispensable la FE.
Así como cuando dos personas
desean casarse, deben cumplir con todos y cada uno de los requisitos
solicitados por la autoridad, y si no cumplen con todo ello, la autoridad no
permite el matrimonio, de la misma manera aquél que sin fe se acerca a orar a
Dios, puede orar por años acerca de una causa específica y no obtener
respuesta, porque sólo la fe puede mover el poder transformador y el corazón
compasivo de Dios.
La parábola nos enseña que en una
situación en la cual esperamos no obtener respuesta por su dificultad, podemos
obtenerla si nos atrevemos a pedir, a pesar de las imposibilidades de lo que
estamos pidiendo.
“Quién de vosotros” les dijo
Cristo, y Él sigue haciendo la misma pregunta el día de hoy. QUIENES ESTÁN
DISPUESTOS A ATREVERSE A BUSCAR UNA RESPUESTA MILAGROSA DE PARTE DE DIOS PARA
EL PROBLEMA O LA LUCHA QUE ENFRENTAN.
Jesús dijo que el que se atreve,
el que es osado, recibirá respuesta “por su importunidad”. Tener confianza en
las palabras de Dios hace que los creyentes puedan pedir a Dios cosas que
parezcan imposibles, con la fe de que obtendrán la respuesta.
Yo te pregunto a ti lo siguiente:
¿Crees de verdad que Dios es tu padre? ¿Te ha sido revelado por el Espíritu
Santo (no por un pastor, sino por Dios mismo) que eres un hijo de Dios?
Bueno la Palabra de Dios dice que
tienes un padre en los cielos que puede darte buenas cosas si tú se lo pides, y
lo mejor de todo, ÉL PUEDE DARTE A SU ESPÍRITU SANTO, QUE ES SU PRESENCIA
MISMA. No hay gracia más grande que esta. Si tú eres alguien que tuviste la
oportunidad de conocer y convivir con tus padres, y ellos te dieron muchas
cosas buenas, Dios quiere que tú estés seguro, de que así como ellos te
supieron dar cosas buenas, el Padre Celestial puede darte lo mejor que tú necesitas,
si se lo pides insistiendo, y si se lo pides con fe.